El marchenero José Antonio Sánchez lidera un un estudio sobre un tratamiento clave para frenar la 'Ataxia de Friedreich'
Un equipo de investigación del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo, en el que participa la Universidad Pablo de Olavide y el CSIC, ha dado un paso importante en la búsqueda de tratamiento para la ataxia de Friedreich, una enfermedad neurodegenerativa que afecta a la coordinación motora y que no tiene cura.
El trabajo está liderado por el científico marchenero José Antonio Sánchez Alcázar y ha sido publicado en la prestigiosa revista Orphanet Journal of Rare Diseases. La primera autora es la joven investigadora Marta Talaverón Rey.
Qué es la Ataxia de Friedreich
La ataxia de Friedreich es la forma más común de ataxia hereditaria. Suele aparecer en la infancia o adolescencia y provoca que las personas vayan perdiendo coordinación al caminar, fuerza y autonomía. Con el tiempo puede afectar al corazón, la visión y el habla.
Un suplemento que mejora las células
El equipo de Sánchez Alcázar ha demostrado que la suplementación con ácido alfa lipoico (ALA), un potente antioxidante presente en alimentos como la espinaca o el brócoli, consigue aumentar los niveles de frataxina —la proteína que falta en esta enfermedad— y reducir el daño celular.
Además, el tratamiento con ALA mejora el funcionamiento de las mitocondrias, responsables de producir energía, reduce la acumulación de hierro en las células y disminuye el estrés oxidativo, que es una de las causas del deterioro progresivo de estos pacientes.
Investigación con sello marchenero
El proyecto forma parte de BRAINCURE, centrado en encontrar tratamientos para enfermedades neurodegenerativas con acumulación de hierro en el cerebro. Para llegar a estos resultados, los investigadores han trabajado con células de pacientes, lo que acerca este descubrimiento a la medicina de precisión personalizada.
José A. Sánchez Alcázar ha explicado que el hallazgo abre una puerta a nuevas estrategias terapéuticas: “Estos resultados nos animan a seguir investigando el potencial del ácido alfa lipoico para frenar la progresión de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes”.
Un avance esperanzador
Aunque se trata de un estudio en modelos celulares y todavía no hay un tratamiento aprobado, este trabajo supone un paso más en la lucha contra una enfermedad que afecta a miles de personas en todo el mundo.