El Tiro de Santa María se encuentra de luto, pero pasa desapercibido para su pueblo, quien, sin embargo, es en buena medida responsable del mismo. Desde hace varios meses una malla negra abraza nuestro Tiro, ya que su estado de conservación obliga al uso de este instrumento ante posibles desprendimientos. Sin embargo, esta no es, ni mucho menos, una solución. Es, tan solo, un parche o un remiendo, que permite ignorar o apartar la vista del problema de fondo, que el Tiro de Santa María se muere.
Gran parte del proceso de degradación al que se ha visto sometido es un proceso natural, consustancial a todo elemento material. Dicho esto, eso no justifica la inacción por parte de las instituciones y las autoridades, independientemente de su espectro ideológico.
Comprendemos que anteriormente el abandono al que se había visto sometido el conjunto patrimonial era peor, como se aprecia en el Plan Especial De Protección del Conjunto Histórico de Marchena elaborado en 1994. Sin embargo, las actuaciones de restauración y consolidación realizadas, no se vieron acompañadas con las respectivas labores de conservación.
Y no se confundan, una buena planificación de la conservación del patrimonio permite prescindir, a menos que sea estrictamente necesario, de todo proceso de restauración, o, directamente, de reconstrucción; pues parece que en nuestra localidad confundimos en ocasiones ambos conceptos.
Parece que hasta que el Tiro no se desmorone no van a llevarse a cabo las medidas de consolidación y conservación de las que urgentemente precisa, como puede observarse en las imágenes que constituyen el post. No es cuestión de falta de medios económicos, sino de elegir las verdaderas prioridades que debe afrontar la localidad. La construcción de parques en puntos periféricos de la localidad está genial, y la puesta en marcha de proyectos de reurbanización, con lo que con ello quieran referirse, también. Desde luego, nos va a quedar un pueblo dormitorio encantador. Los Duques de Arcos estarían orgullosos de que su leal villa de Marchena haya decidido abandonar su pasado señorial en pos de un futuro gris, desvinculado de su patrimonio y tradición.