Un equipo internacional de investigadores ha descubierto en el sur de Portugal las primeras huellas fósiles de neandertales en este país, en un hallazgo que aporta claves sobre su comportamiento y adaptación a los entornos costeros. El estudio, publicado en la revista Scientific Reports de la editorial Nature, ha contado con la participación de Fernando Muñiz Guinea, profesor de la Universidad de Sevilla, junto a especialistas de Portugal, España, Gibraltar, Italia, Dinamarca y China.
Un registro directo de la vida cotidiana
Las huellas se han localizado en Praia do Monte Clérigo, con unos 78.000 años de antigüedad, y en Praia do Telheiro, con 82.000 años. En Monte Clérigo se identificaron cinco rastros y 26 huellas de adultos y niños, incluso de poco más de un año, en lo que fue una duna costera. En Telheiro apareció una huella aislada atribuida a un adolescente o hembra adulta, asociada a huellas de aves típicas de entornos costeros.
Según los investigadores, este tipo de evidencias ofrecen “instantáneas de vida” imposibles de obtener con herramientas o restos óseos. Permiten reconstruir caminatas en grupo, persecuciones de presas o exploración de paisajes.
Planificación y posibles prácticas de caza
El análisis muestra estrategias de locomoción adaptadas al terreno, lo que sugiere planificación de rutas y comportamientos relacionados con la caza. En uno de los rastros aparecen huellas humanas junto a las de un ciervo, lo que refuerza la hipótesis de persecución o emboscada en las dunas.
Una dieta diversa en la costa atlántica
El estudio también confirma, mediante análisis de redes ecológicas, que la dieta neandertal en estas zonas incluía ciervos, caballos y liebres, complementada con recursos marinos y costeros. Estos hallazgos revelan que los neandertales eran más versátiles de lo que se creía, con gran capacidad de adaptación a distintos ecosistemas.
Un nuevo enfoque sobre su adaptación
Para los autores, este descubrimiento demuestra que los neandertales del sur de la Península Ibérica eran capaces de organizarse socialmente, explotar una dieta variada y convivir con otras especies en entornos complejos, ofreciendo una ventana única a su vida cotidiana hace más de 80.000 años.